miércoles, 18 de marzo de 2009

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Vivía para hacer feliz.
No vivía para, más bien era un ser que hacia feliz a los demás. Su esencia. Y él se centraba en ella, no se fragmentaba.
Inventaba historias, o eso parecía, y luego se las contaba a todos. Nadie podía aburrirse con él ni caer en la rutina a su lado. Imposible.
¿Quién sabe lo que realmente es la felicidad?
Vivimos tan mecánicamente...

1 comentario:

Ana C.H. dijo...

También sería mecánico definirlo.
Deberían darnos a cada uno un cuaderno gordo gordo cuando naciéramos, y un bolígrafo (mejor con tachones) y que cada uno definiera como quisiera lo que quisiera.
y si no me gusta una palabra, no la pongo. o le cambio el significado. la violo :)
qué complicadas son las palabras.