viernes, 13 de marzo de 2009

33

Prefieres el suave bamboleo de la bañera.
Es reconfortante saber que hay una persona a la que escuchar. Aún más si sabes que esa persona hará lo mismo contigo.
En la bañera puedes pensar o dejar de hacerlo.
Parece difícil seguir cuando ni siquiera te gusta el camino y ves muy lejos el objetivo. Un objetivo que tú misma te planteas tantas veces para averiguar si de verdad eso es lo qué quieres. O simplemente qué es lo que quieres. ¿Por qué me molesto en atravesar todos los obstáculos? ¿Qué es lo que me hace seguir?
La espuma se vuelve etérea en tu pelo y cierras los ojos. Tu cerebro capta el silencio, el calor del agua, y los besos que te faltan por la piel.
Te acuerdas del árbol que ves todos los días desde la ventana de la clase. Has ido viendo su vida, su evolución. Ahora es tan verde.

No hay comentarios: